Revista A1. Nº 30

No sé si habéis leído la revista. En la Librería El Gato Lector en el Molar, nos hicieron un reportaje precioso. Tenéis que pasaros por la librería, además de ser muy amables podéis ver las exposiciones que organizan y por supuesto obtener un gran asesoramiento sobre libros.
En su página http://www.pagina1.es/ podéis ver sus revistas, aunque las primeras aún no están digitalizadas.

Página -1. Revista del Norte de Madrid.
Nº 3 Abril 2006. Páginas 28 y 29

Piérdanse en Madarcos. Piérdanse en el sitio con menos gente. Si hace años había más gente, pero ahora hay muy poca, muy poca.
De hecho hay gente que va y viene. De los que vienen, de los que se fueron pero no se fueron hay un curioso ejemplar: Ricardo.
Ricardo anda por el monte, por los mismos sitios por donde andaba cuando era pastor- como su padre- anda por las cortadas y las dehesas escuetas.

Ya no lleva ganado. Ahora conversa con los fresnos. Pasaron los tiempos en los que su padre le decía que no había carne para comer –porque Ricardo y sus cuatro hermanos eran pobres y la carne, amigos míos era y es de importancia. Ricardo aprendió a cazar con trampas. Tres palos y una piedra. Las perdices hozaban en el cebo de grano, bajo la piedra, y alguna movía un palo. La estructura caía, y la piedra atrapaba la caza. Ya había carne en casa.

Ricardo nace en Madarcos el 5 de Diciembre del 43.“Un día pillamos unos tejones. Mi padre, al ver que las burracas (urracas) no se comían ni los huesos de los bichos, dijo que él tampoco se los comía. Nosotros, sí”. “Pues con lo que saqué de la piel, me compre un reloj Radian, en la Calle de la Sal.”

Pasa el tiempo y Ricardo se va a la “mili”. Pero la “mili acaba, y hay que buscarse la vida. Albañil, pintor… hasta que le contratan en Uralita –si, esas cosas onduladas que sirven para dar cobijo- y ahí se pasa 38 años.
Se casa a los 28. Tiene dos hijas espléndidas: Anabel y Cristina. Un día sus hijas quieren montar un Belén – un “Nacimiento” como se ha dicho siempre en mi casa – y compran en cualquier sitio unas figuras de escayola.

“No me gustaron, Y entonces pensé en tallarles unas figuras más bonitas en madera. Ni se imagina…. Me salieron fatal. Horrorosas. El Niño Jesús era más grande que San José…. ¡Hay que ver!”

Pero este incidente fue determinante para la magia de las cosas. Ricardo / andador y mirador en el campo) se iluminó – yo me lo imagino- y se dijo y se respondió. La madera de los fresnos, abundantes en su comarca, que parecía muerta, caída en el suelo o enhiesta en los vados, se tornó algo vivo, algo que hablaba.

Y Ricardo –intérprete del lenguaje secreto de la madera- mira con sus ojillos azules, fijamente y los troncos, las ramas, los ramones…. Le hablan, solo a él, naturalmente.
Y le dicen, con sus quiebros y sus curvas, que quieren ser otra cosa. Y Ricardo, que los entendía y que los entiende, los recoge del musgo y les promete una vida diferente. Y los palos y las estacas y los troncos le creyeron-y le creen- y le siguen por su mano.

Después, con las herramientas que el mismo se fabrica, talla la madera, siguiendo patrones arcanos que van de dentro hacia fuera. La voz de la madera, la voz del fresno, dicta a las manos de Ricardo. Nos muestra algunas de sus piezas que ha traído con él y las monta para que veamos la representación de una de ellas, mientras lo hace, Antonio y yo podemos apreciar el gran cariño y el cuidado con el que las manipula, como dice él, las quiero como si fuesen hijos míos.

“El fresno es duro. Especialmente el pie de fresno ”Ricardo habla con la botánica. Y la botánica le sugiere. Y él ve su esencia. La madera le dicta o él interpreta su mensaje de celulosa.

“Un día Paulino traía un tractor de leña y entre toda aquella leña, yo vi un palo.”
“¿Y qué pasó con ese palo, Ricardo”? Pregunto Gabriel, con esa extraña dulzura que le hace inimitable. “Pues que me parecía algo especial, del espacio”

El resultado es más fascinante: ahora es el escudo de un caballero sideral. La madera le habló- Y el gran intérprete entendió el mensaje…. Y confirió la vida que la madera quería tener, en una extraña dimensión cercana, en otro mundo – el nuestro- palpable.

“La mayor fortuna es poder entretenerse” dice el interprete

Y Gabriel y yo, empezamos a comprender que el idioma que hay que entender es el de los palos de fresno. Unos grandes, otros curvos, otros chiquitos, otros gordo y alegres. Y Gabriel y yo nos despedimos del hombre que habla con los fresnos. Y al darle la mano para decirle adiós, hemos sentido la savia del gigante vegetal palpitando entre los dedos del intérprete.
Y hemos comprendido.

Ricardo Castillo López, está casado en segundas nupcias con Ángeles. Su primera esposa también se llamaba Ángeles. Un hombre afortunado.

Ricardo nos comenta a Antonio y a mí una ilusión que le gustaría llegase a realizarse, la de que se crease una asociación de artesanos de la sierra norte. Yo quiero cooperar para que esto llegue a conseguirse y para ello le facilito mi correo y teléfono para que todo artesano de esta zona que esté interesado, se ponga en contacto conmigo para hacer una reunión y comentaros la experiencia con la que cuento como presidente de la asociación de empresarios de Pedrezuela.

Correo:gayco@gaby.e.telefonica.net
Tfno.:618549334
Texto: Antonio Terán y Pando/ Gabriel Sánchez y Muñoz.

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