Miércoles 7 de junio de 2006. Pagina 22
Ricardo Castillo lleva seis años haciendo tallas de madera que nadie conoce ni sabe hacer.
“Sería muy bueno sacar a la luz este tipo de cultura”
La afición de este getafense del barrio de Juan de la Cierca exige mucha dedicación y esfuerzo, pero está orgulloso y pretende darla a conocer y unirse a otras personas con hobbies similares.
Todo comenzó cuando hace más de seis años sus hijas le pidieron que les hiciera un belén navideño de madera, a sabiendas de que es mañoso y habilidoso con las manos. Ahora que está jubilado, la talla de madera se ha convertido en un hobby al que dedica todo su tiempo libre. “Me gusta trabajar con las manos y plasmar mis propias ideas para trabajar la imaginación”, señala mientras asegura que es algo fundamental para las personas que, como él se han jubilado, aún son jóvenes y no saben qué hacer con el tiempo.
“Con esta afición me siento útil y conforme conmigo mismo, algo que quiero transmitir al resto de jubilados como yo”.
“Siempre me ha interesado la naturaleza y los temas rurales porque he nacido en un pueblo de la Sierra de Madrid y me gusta mucho el campo”, comenta Castillo. Por este motivo, la mayor parte de sus más de 70 figuras, tiene como inspiración un tema rural o de oficios tradicionales como un labrador, un carro, una cocina de pueblo con matanza, un pastor o bueyes, entre otros. Todas ellas, de unos 30 centímetros, las ha realizado en un pequeño taller que se ha montado en una casa de pueblo en la sierra, y en la que tiene sus herramientas básicas: las navajas, los formones, la zuela y las lijas, muchas de ellas fabricadas por él mismo para hacerlas más manejables y prácticas.
“Cuando tengo el tronco de fresno adecuado, que me cuesta buscarlo específicamente para cada parte del cuerpo de mis tallas, lo empiezo a trabajar con las manos y a darle forma, empleando más de cien horas en cada figura”, indica orgulloso.
No le gusta hacer copias de personajes reales o utilizar herramientas mecánicas, excepto el taladro y un pequeño soplete.
“Es un reto para mí y cuido cada detalle para que quede lo mejor posible. Son una parte de mí y de mi corazón”, comenta mientras apunta también que nunca ha vendido ninguna porque son suyas y su objetivo no es lucrarse.
Compartir su afición
Lo que sí desea Ricardo Castillo es que los ciudadanos de Getafe puedan ver lo que él ha hecho y por ello está intentando realizar alguna exposición siempre que se le sufraguen los gastos que le pueda ocasionar. “Sólo he participado en algún mercadillo de artesanía y tuve mucho éxito, la gente quería comprarme las piezas y aprender a hacerla incluso”.
Pero su objetivo es crear una asociación en lo que todos los ciudadanos que hagan algún trabajo manual, se reúnan y pongan en común sus opiniones o necesidades, y así que este tipo de cultura oculta se muestre, mejore y no se deje en el olvido con la invasión de los ordenadores. Para ello se ha intentado hacer oír por varios centros culturales y con personalidades pero sin lograr nada.
Sin duda, se trata de una afición que para Ricardo es un aliciente y una ilusión en su vida y que desea transmitir a los vecinos. Está dispuesto a ocuparse de crear algún grupo o asociación con todos aquellos que tengan una afición similar a la suya, y para ello se pone a disposición.