Reportaje Senda Norte. Septiembre 2011


Ricardo Castillo “La madera entre las manos”

Fran Sueiro

Viernes 2 de septiembre de 2011, por Senda Norte

Nació el 5 de Diciembre de 1943, en Madarcos, siendo el mayor de cuatro hermanos. Su infancia transcurrió en el campo con actividades de pastoreo y labores agrarias, acudiendo de forma ocasional al colegio donde cursó la educación básica. A los 20 años se trasladó a vivir a Getafe y empezó a trabajar en una fábrica de la localidad. Sin embargo, nunca perdió contacto con su pueblo natal, donde una vez casado y con dos hijas, construyó su propia casa donde pasa todo el tiempo que puede. Su afición por la talla de madera comenzó de manera casual unas navidades cuando sus hijas le pidieron que les elaborara un Belén de madera. El resultado, no le convenció, por lo que puso todo su empeño para mejorar las figuras que había realizado. Y desde entonces no ha podido parar. Tiene más de 180 piezas que recuerdan a los pueblos de antes. El próximo día 1 de octubre, durante las jornadas “Madarcos ayer y hoy” podrán contemplarse algunas de ellas en exposición.

¿Qué escenas aparecen en tus tallas?

Trabajos antiguos, oficios de antes. Cuestiones relacionadas con los trabajos rurales, con la realidad que yo viví en mi juventud. En mis piezas se pueden contemplar, con absoluto detalle, labores como la trilla, la matanza, la fragua, mulas y bacas arando, un molino o un carpintero…

¿Qué madera usas y cómo la trabajas?

Uso fresno seco, el que obtengo de las podas de los árboles. Y trabajo de forma totalmente artesana y manual. Sin más maquinaria que mis navajas, una lija, formones y un taladro. Mi taller mide dos metros cuadrados… Soy totalmente autodidacta, nuca tuve formación con la madera. Fue una afición que surgió de mayor… Le dedico muchas horas porque me gusta, porque dejo trabajar la imaginación y las manos… Así que le echo un rato cada tarde. Algunos días dos horas otros cuatro. Las piezas llevan mucho trabajo. Hay figuras de seis o siete horas pero piezas enteras que me han llevado 150 horas… Y además hay que ir a por la madera. Muchos paseos por el monte. Muchas veces, vas buscando un tronco o una rama determinada para una pieza concreta. Pero otras son las propias ramas las que te hacen imaginar cosas…

Recordar las labores del campo
¿Por que labores del campo?

Me gusta recordar como se trabajaba antes. A las personas que vivíamos en el campo. Yo estuve con las ovejas hasta los veinte años, que me coloqué en la fábrica. Antes sabíamos hacer cosas que ahora ya no se hacen. Estábamos con el ganado, cuidándolo y sabíamos lo que les hacía falta, cuando iban a parir. Sabíamos domar un burro o unas vacas para que tiraran del carro. Esa fue toda nuestra carrera. Y eso que fue una época difícil, donde a veces se pasaron necesidades. Muchas veces comíamos los conejos que podíamos pillar por el monte. Me gusta el pueblo, el monte y la naturaleza. Y la respeto. ¿Cual es tu objetivo con las tallas? Me gusta ofrecer todas las piezas que tengo para que la gente las vea. Que los niños sepan y aprendan como se hacían las cosas. Que puedan ver como se trillaba, o como se sacaba agua de una noria. Tengo piezas que representan todos éstos trabajos. A los niños les gustan porque no conocen estos oficios. Y los más mayores las disfrutan mucho porque recuerdan vivencias propias. Mi ilusión sería poder reunir todas las piezas en un museo temático, de la Comunidad o de algún Ayuntamiento.

Que los más pequeños no pierdan los saberes
¿Cómo reaccionan los más pequeños cuando les explicas los trabajos del campo mediante tus tallas?

Con curiosidad. A la mayoría les gusta aprender. Estamos en la era de los ordenadores pero no podemos olvidar nuestro pasado. Antes se hacían trabajos con las manos. Ahora las manos se usan muy poco. Mi trabajo es una forma de rememorar, de recordar. De recuperar la cultura que formo parte de nuestra vida.

¿Qué opina tu familia de tus trabajos?

Mi mujer a veces dice que no le hago caso, que estoy todo el día con la madera… (se ríe). Y también protesta cuando ve figuras de madera por todas las partes de la casa. Pero se que le gusta, porque además me entretiene y yo no puedo parar quieto. Y es algo que me gustaría dejar para mis hijas, para mis nietos… Es un trabajo que he hecho, que representa muchas cosas y que no se encuentra en cualquier lado…

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