Getafe Capital. 18 de noviembre de 2004

18 de noviembre de 2004. Página 38
“Las tallas de madera son como mis hijos”

Como un regalo de Navidad. Así empezó la pasión de Ricardo Castillo por las tallas de madera; un hobby al que dedica todo su tiempo y del que se muestra muy orgulloso. Por eso quiere mostrarlo a todo Getafe.

Hace ya cinco Navidades, a las hijas de Ricardo Castillo se les ocurrió que, en vez de comprar las figuritas del Belén, su padre podría hacérselas de madera. Así con esta simple propuesta, comenzó la labor que dura hasta hoy y que, como asegura el citado Ricardo Castillo, seguirá durante mucho tiempo. “Al principio no me salía nada, pero como soy muy cabezón, me dije que lo tenía que conseguir. Empecé con un ángel que tuve que rectificar varias veces. Luego hice a la Virgen y San José, y hasta ahora.
Con aquél Belén decidió embarcarse en la difícil tarea de tallar madera, algo muy laborioso y en lo que se deben invertir un buen número de horas. “Hay que coger el palo, fuerte para que no se rompa, cortarlo, hacer la figura, y luego, con formones y limas, irlo lijando muy despacito porque en cuanto te pasas un poquito hay que tirarlo”. Esa manera tan minuciosa de trabajar, con esa precaución y lentitud, implica que para que una pieza esté terminada tenga que emplear entre ochenta y cien horas, incluso, en algunas, como en una carroza a la que le ha incorporado luz, tuvo que dedicarle todo un invierno. Paciencia y amor por lo que hace son las claves para que Ricardo Castillo siga adelante son su hobby, ya que, en lo referente a medios técnicos, solamente dispone de una máquina de taladrar, una sierra, formones y una navaja.

¨La mitad de todas mis tallas las tengo que hacer a navaja”, aclara un Ricardo Castillo que no está dispuesto a vender a nadie ninguna de sus obras “porque son hijos míos. Me han ofrecido hasta 500 euros y he dicho que no. No las cambio ni por una de Lladró porque esas se caen y se rompen, y a las mías no les pasa nada porque son de madera buena. Mis tallas son únicas en España”.
Lo único que quiere Ricardo Castillo es que los ciudadanos de Getafe puedan admirar su obra, algo que hasta el momento no ha sido posible porque el autor se niega a mostrar su trabajo en cualquier lugar y sin recibir nada a cambio. “hay subvenciones para muchas cosas y a mí me han ofrecido exponer con más gente, cosas que no acepto porque yo quiero exponer solo para que no toquen mis tallas”.

Además, me tendría que quedar en la exposición sin cobrar un duro y perdiendo tiempo de dedicarlo a mi hobby. Yo sólo pido que me den algo de dinero para la gasolina y para los materiales que empleo. Pero, como no hemos llegado a un acuerdo, pues, de momento, la gente se quedará sin ver mis tallas”.

Su colección está formada, aproximadamente, por unas sesenta piezas, sobre todo figuras humanas y de animales, entre los que se pueden admirar a personajes tan populares como Doña Rogelia, Macario o la Pantera Rosa, que se verán incrementadas con la nueva colección que realizará sobre antiguos oficios: el horno donde se cocía el pan, la matanza del cerdo, una señora haciendo hilo….
Son figuras con las que se adornará su casa hasta que algún día las hereden sus descendientes. ”Mis tallas no las regalo a nadie, de hecho una de mis hijas se ha llevado una, pero sabe que es mía y que cuando se la pida me la tiene que dar”, asegura. Y es que, como él mismo ha dejado claro, en cada una de esas tallas vive parte de su corazón, han sido creadas con amor y algo le hace sentir que esos pequeños objetos de madera forman ya parte de su familia.
Patricia Martín.

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